lunes, 26 de agosto de 2019

Lecturas para la clase del viernes 30 de agosto

Vamos a abordar esta nota editorial de la revista Topía para terminar de analizar el DSM, la CIE e incorporar la Ley Nacional de Salud Mental a esta perspectiva crítica:

Por un pensamiento crítico en psicoanálisis y en salud mental

Luego trabajaremos la Ficha de cátedra N°4 y algunas pautas y consejos  para la realización del Trabajo evaluativo grupal.

viernes, 23 de agosto de 2019

Agosto. Condado de Osage

Agosto. Condado de Osage on line


La histeria se articula alrededor de la pregunta ¿Qué es ser mujer?, interrogante en el que influyen decididamente los ideales de la sociedad capitalista, patriarcal y racista, que adjudican a las mujeres determinadas particularidades culturales, sociales, políticas, económicas y subjetivas. En los casos de histeria, es la otra la que sabe cómo ser mujer, porque representa o semblantea ciertas características que responden a ese ideal. En el caso de la película, aparecen: la belleza de la juventud, el estar casada con un hombre, ser heterosexual, maquillarse y/o arreglarse para los hombres y la cordura. Como contrapartida, se establecen por oposición rasgos negativos adjudicados a los personajes de las mujeres: la decrepitud de las “viejas” y su imposibilidad de competir con las jóvenes por los hombres, el hecho de estar separada (lo cual se adjudica negativamente a la mujer, por “no cumplir” o “no hacer feliz” al varón), ser homosexual, estar “desarreglada” y la locura. Violet, Barbara e Ivy expresan algunas de estas características que toman una vertiente de sufrimiento, ya que imposibilitan el establecimiento de un lazo con las otras y los otros y conllevan a la separación total como la única salida al vínculo tortuoso. La decisión de irse o quedarse con la madre es puesta en juego de forma constante.
Vemos al menos tres casos de histeria en la madre y las hijas de la película, ubicadas en relación con el otro como objeto de goce: las hijas son usadas o maltratadas por la madre. Asimismo, la insatisfacción llevada al extremo de la queja y el padecer constante sobre sus propias vidas y los vínculos con los otrxs aparece en todos los personajes. En cuanto a las hijas, se observa una identificación por oposición: Barbara es la hija amada e Ivy la degradada, esta última se ocupa de mantenerse en ese lugar cumpliendo con las exigencias de su madre y solo encuentra como escape el vínculo incestuoso con su primo/medio hermano. Vivir a través de la otra es una constante, la identificación sustituye al encuentro con la otra mujer como par. Por ello se observan dos tipos de vínculos predominantes: la competencia en la que solo una puede ocupar el lugar vencedor, o la búsqueda de que la otra ocupe su lugar (o su posición). A la vez, prima la decepción con relación a las figuras masculinas, ubicadas como impotentes, desleales, narcisistas, de los cuales no se puede tener “ninguna expectativa”. Sin embargo, se observa cómo las mujeres en última instancia se someten a sus arbitrios, ya sea para acatarlos o para repudiarlos, no hay salida propiamente femenina a las problemáticas que se plantean. La única resolución que vemos es la cuestión del cuidado de Violet, que queda a cargo de Johnna, la empleada doméstica aborigen contratada por Beverly como su última decisión antes de morir. Aquí vemos una intersección entre opresión de género y racismo, ante el trato despectivo hacia su cuidadora por parte de Violet. Esta cuestión, si bien es problematizada en la película, no deja de constituir una discriminación mediante el tono humorístico al respecto. Algo similar sucede en cuanto al tratamiento del veganismo.

Mejor imposible

Mejor imposible on line

Reseña de Jorge Luis Leiva: http://www.efbaires.com.ar/files/texts/TextoOnline_263.pdf

Una mente brillante


Una mente brillante - online


Análisis de la película “Una mente maravillosa”
En esta película, así como en la anterior, también podemos ver el delirio psicótico desde la perspectiva de la realidad psíquica del sujeto y desde la realidad social compartida, lo que nos permite vivenciar la creencia indubitable del protagonista con respecto a su construcción delirante y las formas de justificar el descreimiento de los otros al respecto. Al tratarse de un caso real, tal como en “Las horas”, y de un genio matemático, podemos ver un delirio muy organizado y fundamentado.
Lo especialmente interesante del caso de John Nash son los dos momentos en el desarrollo de su padecimiento, marcados por el primer y segundo brote psicótico. En el primer momento surgen las alucinaciones visuales y todo el argumento de su trabajo como espía. Su primera alucinación es un amigo, que lo acepta tal cual es y compensa sus dificultades para relacionarse con los otros. La segunda aparición es de otro orden, un personaje muy lúgubre que ocupa el lugar de “jefe”, involucrándolo en tareas secretas y peligrosas. La tercera alucinación es de índole tierna, ya que representa a la sobrina de su amigo con quien se vincula desde el cuidado y la protección. El personaje de Charles sustenta su percepción de signos que solo están destinados a él o que solo él puede ver en diarios y revistas. Los mismos constituirían mensajes secretos vinculados a la ubicación de una bomba que el gobierno ruso haría explotar en USA. Vemos aquí cómo el delirio tiene un sustento en el contexto de la extendida guerra fría, propio de la época y el lugar en el que vive Nash.
Los síntomas que observamos son: pérdida de la realidad, alucinaciones, delirios de persecución, trabajo intelectual excesivo sin fines reales, la automutilación (buscándose un implante), dificultad para relacionarse con lxs otrxs (sobre todo con las mujeres) y afán de superioridad. En este primer momento no hay conciencia de enfermedad, supone que el psiquiatra es un ruso que lo capturó, y que su mujer le cree en su diagnóstico de esquizofrenia. Aquí le prescriben una medicación con efectos secundarios que Nash rechaza, tales como la dificultad para realizar trabajo intelectual y para mantener relaciones sexuales con su mujer. También observamos la apatía por el entorno y un empobrecimiento libidinal.
La reclusión en su hogar, sumado a estos efectos nocivos de los psocofármacos, es el marco en el que se desarrolla una nueva construcción delirante que se expresa como una continuación de la anterior. La salida de la misma proviene de la realidad: su mujer considera inaceptable que haya dejado a su bebé en la bañera a punto de ahogarse (al cuidado de su amigo alucinado), y que haya tenido una reacción violenta cuando ella llamó al psiquiatra por teléfono. Pero aquí, en la situación límite que implica la partida de su mujer y a su hijo, John alcanza una comprensión de su construcción delirante: mediante el razonamiento observa que la niña que alucina no ha crecido a lo largo de los años. Podemos animarnos a interpretar aquí que John se esforzó por conservar el lazo con la realidad y sus vínculos reales por sobre su construcción alucinatoria, y este fue el primer indicio de una posibilidad real de estabilización.
La estabilización en la psicosis es una búsqueda clínica que no siempre llega a puerto, pero este caso demuestra que es una posibilidad real de bienestar y lazo social para el psicótico. La prescindencia de los psicofármacos en primer lugar, la vuelta a la universidad, el reemplazo por otra medicación “más efectiva” (en la película no sabemos cuál es), son las coordenadas terapéuticas de su vida luego de este segunda crisis. Su lucha conciente y continua por ignorar las alucinaciones que continuaron durante toda su vida y por aferrarse a la realidad compartida, es tanto o más loable que sus desarrollos académicos, que lo llevaron a ganar un premio nobel.

Las horas

Las Horas - online

Esta película narra la intersección de tres historias sobre tres mujeres, en tres épocas distintas. Una historia es real, la de la escritora Virginia Woolf que transcurre en los años 20. La segunda y la tercera están basadas en un libro de esta escritora, titulado “La señora Dalloway”.
Las horas está basada en el libro de Michael Cunningham, cuyo argumento es el nexo de unión de la historia de Virginia Woolf con su enfermedad psíquica (psicosis maníaco-depresiva); la historia de Laura Brown, una ama de casa que vive desolada y sin sentido de la Norteamérica de después de la segunda guerra mundial, y posiblemente aquejada de una depresión profunda; y finalmente de Clarissa Vaughan, una mujer situada en nuestros tiempos y que vive refugiada en la enfermedad de Richard Brown – su amor platónico de juventud -, un poeta y escritor que padece SIDA a quien se esfuerza por cuidar.
El libro “La Señora Dalloway” (cuyo nombre de pila es Clarissa) trata sobre un ama de casa de entreguerras que está organizando una fiesta. El argumento transcurre en un solo día. En general, sus temáticas rondan al feminismo, la bisexualidad, la política, la medicina y la locura, una crítica aguda a la sociedad entre guerras y a la época victoriana en general, al rol asignado a las mujeres como el proverbial "Angel en la Casa" y la represión sexual y económica consecuente. Durante la fiesta que realiza la protagonista, un joven que regresó de la guerra perturbado culmina suicidándose al arrojarse de una ventana, tal como lo hace Richard (el poeta del cual Clarissa está enamorada).
En Las horas esta historia es reactualizada por Laura Brown, que se va de su casa y abandona a sus dos hijxs, y por Clarissa Vaughan, mujer enamorada del hijo de Laura Brown desde su adolescencia. Este hombre la dejó y luego mantuvo un vínculo homosexual durante años. Hasta los últimos momentos de su vida sufrió el abandono de su madre y un fuerte rencor contra ella. Laura Brown aparece luego del suicidio de su hijo y cuenta a Clarissa, su pareja y su hija el motivo del abandono: la vida como madre/ ama de casa, cumpliendo con el papel adjudicado socialmente a la mujer, la había sumido en una depresión profunda. Luego de intentar infructuosamente suicidarse, decidió marcharse y abandonar a su familia para vivir una vida independiente.
Esta resolución no era la que Virginia Woolf había ideado inicialmente para su libro, ya que en principio el suicidio sería un acto cometido por su “heroína”, como forma de salir de la situación que la apenaba. Podríamos pensar que este cambio en su destino fue un intento de la propia Virginia por continuar enlazada a la vida, y también una expresión de su constante lucha contra la consumación de su suicidio, lo cual efectuó en 1941. Esto se muestra en la escena inicial de la película, junto con la carta que dejó a su marido antes de ahogarse en un lago. Podemos ver en ella los autorreproches y autorebajamiento del yo. A su vez, la conciencia del empeoramiento de su enfermedad, la dificultad para recuperarse que señala y las alucinaciones auditivas o “voces” que la torturaban. La inapetencia y/o rechazo a los alimentos también es otro síntoma que se enmarca en su padecimiento.
Virginia padeció varios brotes que desencadenaron en intentos de suicidio a lo largo de su vida. Los primeros ocurrieron tras el fallecimiento de su madre, su hermana y luego su padre. A la vez, biógrafos señalan que tanto ella como su hermana fueron abusadas por sus medio hermanos, lo cual también se vinculaba con los estallidos de las crisis.

A la folie... pas du tout



Análisis de la película: A la folie… pas du tout:
Fue el reconocido psiquiatra Clerambault quien le adjudicó el nombre “erotomanía” al delirio paranoico basado en la premisa del amor del otro hacia el/la sujeto paranoicx. Este médico precisó también que el “delirio de amor” iba más allá del amor romántico, ubicando la presencia de lo sexual en el delirio y también la inmensa actividad del sujeto erotómano.
De acuerdo al análisis de la película A la folie… pas du tout (traducida al castellano como “Loca de amor” o “Solo te tengo a ti”) realizado por Patricia Pena:
“El postulado fundamental presente en la erotomanía es: ‘El me ama’. Todas las convicciones del sujeto erotómano tienen su origen en las deducciones que de él se obtienen. Los sentimientos generados por el mismo son Orgullo, Deseo, Esperanza. Esta película admite una lectura lacaniana, desde el modo de abordaje del cuadro, develando paso a paso los elementos que se deducen del postulado erotómano, que dejan en evidencia la sujeción del sujeto a ese fenómeno y permiten leerlo como nos advierte J.Lacan en su tesis de doctorado como una proposición, tomada como un “principio sin demostración”. Así también permite ubicar las coordenadas del desencadenamiento: la protagonista en el marco de haber ganado una beca y una subvención para sus estudios, recibe de un desconocido una rosa (iniciativa del Otro) y se desencadena la psicosis. Ya este simple acto es leído desde la lógica implacable del postulado, se podrá seguir su construcción delirante y la serie de pasos que van desde la esperanza, pasando por el despecho y concluyendo con el rencor”[1]
Del postulado de delirio “El (o ella) me ama”, concebido como una certeza profunda e incuestionable, se desprenden toda una serie de subpostulados que actúan a modo de comprobación, evidencia y fortalecimiento de la proposición inicial, y muchos de ellos se comprueban en la película, como por ejemplo:
-El otro es quien ha comenzado.
-El otro es concebido como poseedor de un rango superior al del sujeto, ya sea cultural, social o económico.
-Aunque esté en pareja, aquella unión carece de valor, y el verdadero amor es el sujeto paranoico
-Hay una vigilancia continua del otro
-Cualquier conducta del mismo, ya sea indiferencia, rechazo, simpatía, es leída como signo de amor.
La película tiene como mérito expresar con claridad la perspectiva del delirio por parte de la sujeto, para luego mostrar esa realidad psíquica en contraste con la realidad social compartida. Observamos que la entrega fortuita de una rosa por parte del médico amado, en el marco de que el se anoticia de que va a ser padre, actuó como desencadenante del delirio. A medida que transcurre el film podemos observar el paulatino retiro de la libido de los objetos de la realidad y su progresivo centramiento en el amor del médico: Angelique descuida su trabajo, no realiza las pinturas requeridas por la beca que obtuvo, descuida amistades y también la limpieza y el cuidado de las plantas y la casa de la vecina de Jean-Luc, donde ella se alojaba mientras la mujer estaba de viaje. Observamos que su pasión por el arte se vinculaba con su padre, quien compartía esta afinidad.
Cabe destacar que en un punto importante la película no puede tomarse como ejemplo de la generalidad de los casos de paranoia: no es frecuente que los psicóticos lleguen a actos de asesinato a causa de su delirio. Otra crítica refiere a la reacción de violencia por parte del médico hacia la paciente acusada por él en un primer momento, no solo por el ejercicio de violencia de género sino también de abuso por parte de su posición como médico. También, en varias escenas maltrata a su secretaria, llegando a despedirla.
Finalmente, el desenlace de la película muestra una crítica hacia la atención psiquiátrica, tanto por el error diagnóstico que supone la “curación” de Angelique como la inutilidad para ella del tratamiento con psicofármacos.

El día que me amen



Análisis de la película: El día que me amen
En esta película se ponen en juego tanto la carencia materna como la paterna en lo que hace a la constitución de la fobia. Vemos la instauración de la fobia en Joaquín a los veintitantos años, que se manifiesta como una reclusión en el hogar, y en particular en su habitación. Se observa claramente la huida de la realidad típica de las neurosis, en contraposición a la creación de una realidad nueva como ocurre en la neurosis. El caso se configura como de gravedad, dada la imposibilidad de “estar” en el mundo exterior al del hogar. Esto se observa cuando se escapa su perro, objeto “contrafóbico”, al cual a duras penas Joaquín puede seguir y entra en shock en este acto.
El abandono de la madre -la cual por lo que muestra la película padecía una enfermedad mental y por eso se marcha del hogar intempestivamente- se conjugó con un padre indulgente, permisivo, que por lo que muestra la película priorizó su lazo con otra mujer al ejercicio de la función paterna. Se observa que en su niñez logró salir del encierro y realizó estudios primarios, secundarios y universitarios. Pero luego, la partida al exterior de su vecina-par de toda la vida, con quien tenía una relación de amistad y amor a la vez, vuelve a desencadenar la reclusión y la fobia. En el transcurso de la historia podemos ver que este hecho cobró sentido en relación al abandono de su madre, y es este punto en el cual Joaquín quedó entrampado en su vínculo con el Otro, lxs otrxs, y la realidad. Vemos como se aplica el esquema lógico del “Après coup” lacaniano, por el cual un significante cobra sentido a posteriori y/o en sentido retroactivo, de acuerdo a las leyes de anticipación y retroacción.
El abandono de la madre es leído por Joaquín como una caída como objeto fálico de la madre, remitiendo al primer tiempo del Edipo. La certeza de no ser ese objeto a partir del abandono se expresó como un “no estar” en el mundo, como un “no estar” en ningun otrx. Por otra parte, la carencia de la función paterna ejercida por el padre, que minimizó esta reclusión y permitió que se desarrollara, actuó como una segunda fuerza significante en la estructura de la fobia. Aquí nos referimos a una carencia de la Ley que implica estar en la cultura, estar afuera del hogar, estar con lxs otrxs. Durante la niñez, este imperativo no se constituyó del todo, por lo que luego dio pie a su reinstauración en la juventud.
La película comienza con la vuelta de su vecina a la casa de su madre, y observamos aquí una progresión en la reactualización del vínculo entre ambos jóvenes. Primeramente, ella logra entrar en su habitación, luego se ven en el living de su casa y la vereda. Finalmente, consigue “hacerlo salir” fuera de su casa. En la escena en la que están a punto de tener relaciones sexuales vuelve a manifestarse la imposibilidad de Joaquín, y es un primer paso para su decisión de “curarse” de la fobia.
En este punto, vemos que Joaquín acepta el tratamiento propuesto por su terapeuta. Aquí podemos realizar una crítica a la película en cuanto al rol excesivamente directivo por parte del terapeuta, que insistentemente da órdenes a Joaquín y contraría así la asunción como sujeto de su deseo y de su curación. Vemos que un cambio en el contexto exterior y la reaparición de una figura amada en la infancia fue lo fundamental para el tratamiento, cuestión que no siempre sucede o podemos esperar en los casos tratados. A su vez, la internación y los psicofármacos expresan una perspectiva manicomializante, basada en la reclusión y en el saber puesto del lado de la figura del médico.

miércoles, 21 de agosto de 2019

FICHA DE CÁTEDRA Nº4: ESTRUCTURAS CLÍNICAS Y FORMAS DE PRESENTACIÓN


FICHA DE CÁTEDRA Nº4: ESTRUCTURAS CLÍNICAS Y FORMAS DE PRESENTACIÓN: puntualizaciones acerca de la histeria, la neurosis obsesiva, la fobia, la paranoia, la psicosis maníaco-depresiva y la esquizofrenia, desde el psicoanálisis.

A continuación, veremos en forma muy sintética las principales características de las formas de Neurosis y Psicosis según el psicoanálisis. Las mismas serán profundizadas mediante la realización de un trabajo práctico a partir de films sobre cada una de ellas, y su posterior exposición y debate en clase.

Histeria:
La histeria se estructura en relación con la pregunta ¿qué es ser mujer?, que se articula no solo con respecto a “las otras” mujeres sino también a la identificación viril. A partir de esa pregunta la histérica construye un deseo incumplido o insatisfecho. En cuanto a sus mecanismos de formación de los síntomas, predomina la represión de fantasías inconcientes vinculadas a la sexualidad infantil (amor, decepción y deseo sexual hacia la madre; y amor, deseo sexual e impotencia en relación con el padre). Este mecanismo se conjuga con la conversión, que traslada al cuerpo el afecto propio de las representaciones reprimidas. La identificación con lxs otrxs -en particular con “la otra” mujer y con lo que se capta de su deseo- es uno de los rasgos que predominan entre las manifestaciones de esta forma de la neurosis. A su vez, esta identificación se expresa en la puesta en juego del deseo de la histérica: ubicarse como objeto del deseo (o del goce) del Otrx es lo que regula la insatisfacción de este deseo. La teatralidad o pantomima frecuente en la histeria es propia de este “darse a mirar” con el fin de captar algo del deseo del otrx para cumplir ese papel. Al mismo tiempo, la propia ubicación como sujetx deseante se conjuga con una demanda de amor hacia el otrx.

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Neurosis obsesiva:
La neurosis obsesiva se estructura en relación con la pregunta ¿qué es la muerte? A partir de esa pregunta el neurótico obsesivo construye un deseo imposible. Por eso se observa una preminencia de la duda y la procastinación para evitar los actos que implicarían para el sujeto la puesta en juego de algo del orden del deseo, porque el mismo se vincula con la idea de muerte. Las expresiones sintomatológicas se nuclean fundamentalmente en la esfera del pensamiento (ideas obsesivas, rumia mental) pero también en acciones obsesivas y rituales que el sujeto cree que debe llevar a cabo porque, de lo contrario, “algo terrible sucederá”. Por ello, surgen una gran cantidad de inhibiciones que el neurótico obsesivo debe imponerse. Hay un predominio de rasgos de carácter vinculados al erotismo anal, referidos al orden, la limpieza y sus contrarios (desorden, suciedad). El vínculo con el objeto comporta una ambivalencia (amor-odio) y son comunes “formaciones reactivas” que consisten en transformar la expresión del afecto en su contrario. El superyó plantea elevadas exigencias hacia el yo, que oscila entre el acatamiento y la rebelión contra las mismas.

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Fobia:
La fobia es una forma de presentación de la neurosis caracterizada por la expresión súbita de una angustia que no tiene un objeto preciso y definido, que irrumpe en el sujeto. Una moción pulsional inaceptable se sustituyó por otra representación, que transforma esa angustia inespecífica en una fobia hacia un objeto determinado y puntual. En este objeto, el fóbico desplaza la angustia. En otras palabras, el Yo emprende una huida para que la representación que provoca la angustia no irrumpa en la conciencia. La consecuencia de esta huida son las evitaciones, renuncias y prohibiciones propias de la expresión de las fobias. Así, el peligro pulsional es proyectado hacia afuera, y el yo se comporta como si el peligro del desarrollo de la angustia no lo amenazase desde una moción pulsional, sino desde una percepción y objeto externos, que puede evitar alejándose de ellos.
La angustia en la fobia remite a dos vertientes: por un lado, a la imposibilidad de ubicarse como objeto de deseo de la madre, es decir, como el falo imaginario de la madre. Esta vertiente se liga con la carencia de la “función materna” de cuidados y protección. Por otra parte, una segunda vertiente se enlaza con la imposibilidad de salir de esta posición, ligado a una carencia de la función del padre que pone un corte y establece la separación entre madre, niño, y falo.

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Paranoia:
La paranoia se caracteriza por las formaciones delirantes, cuya elaboración por parte del sujeto producen una “alteración del yo”. El mecanismo propio de la paranoia es la proyección: las mociones pulsionales y los reproches del superyó son expulsados hacia el afuera y retornan hacia el sujeto bajo la forma de pensamientos alucinatorios enunciados en voz alta.
Freud postula que la paranoia implicaría un avance de la corriente autoerótica. En el desarrollo libidinal, la libido que primeramente es autoerótica, pasa por un estadio posterior de Narcisismo y luego a la fase de elección de objeto fuera de sí mismo. El punto débil del desarrollo libidinal de los paranoicos ha de buscarse en el tramo entre autoerotismo y narcisismo, situando en el narcisismo la predisposición patológica por fijación de la paranoia. De aquí que ocurre un desasimiento de la libido de las personas y cosas antes amadas, todo se le vuelve indiferente. El paranoico luego intenta reestablecer este vínculo a partir de la reconstrucción de un nuevo mundo desde su delirio.
Según Freud, el carácter paranoico es la expresión de la manera de defenderse de una fantasía de deseo homosexual inconsciente, frente a este avance de libido homosexual se reacciona con un delirio de persecución. La defensa contra un deseo homosexual se estructura en relación a una frase primera, en la cual se plantea un “Yo la amo (si el sujeto se autopercibe como mujer)” o “Yo lo amo (si el sujeto se autopercibe como varón). Frente a esta forma lingüística se proponen cuatro formas de contradicción y cuatro tipos de delirios, ejemplificamos para el caso de las mujeres:
-Delirio de persecución: Yo no la amo porque ella me persigue. La perseguidora es la anteriormente amada.
-Erotomanía: Yo no la amo, yo lo amo a él porque él me ama. Son depositarios de un amor que viene desde afuera.
-Delirio de celos: Yo no la amo, es él quien la ama. Se expresan celos hacia el varón que en realidad están orientados hacia las mujeres que se supone que lo aman.
-Delirio de grandeza o megalomanía: Yo no la amo en absoluto, y no amo a nadie. Solo me amo a mí misma.
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Melancolía o psicosis maníaco depresiva:
La melancolía es una forma de psicosis que presenta excesivos y crueles autoreproches del superyó y delirio de insignificancia sobre el yo. Por esto, Freud la distingue del resto de las psicosis (en las que el conflicto fundamental incurría entre el Yo y el mundo exterior), explicando que el conflicto ocurre entre el yo y el superyó. La peculiaridad más notable de la melancolía es su tendencia a volverse del revés en la manía, un estado que presenta los síntomas opuestos, aunque no toda melancolía tiene este destino.
Freud compara al duelo con la melancolía haciendo una salvedad: mientras que el duelo surge a consecuencia de la pérdida de un objeto real, la melancolía se refiere a la pérdida de un objeto interno indefinido, que produce a la vez un sentimiento de pérdida en el yo. Sus semejanzas radican en un sentimiento de desazón, la pérdida del interés por el mundo exterior, de la capacidad de amar y la inhibición de toda productividad. Pero la particularidad de la melancolía es: “una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches y autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo” (Freud, 1917: 242). Esto se expresa en delirios de indignidad y en fenómenos de mortificación (Soler, 1991): el sujeto se concibe como un ser moralmente despreciable y orienta reproches y denigraciones hacia la espera de repulsión y castigo. Otras expresiones patológicas que pueden aparecen son el insomnio y el rechazo a alimentarse, lo que pone en riesgo su integridad física. En contraposición al duelo, no se trata aquí de que el mundo se haya vuelto “pobre y vacío”, sino que esto es lo que le sucede al yo.
La manía es la contracara de este estado, y se caracteriza por alegría desbordante y un júbilo triunfal ilimitado, hiperproductividad y exaltación de sí y del mundo. Se produce una inversión de la instancia psíquica predominante: mientras que en la melancolía es yo es dominado por el superyó a través de los autorreproches que conducen a su rebajamiento, en la manía el yo domina al superyó tirano y se libera de todas sus presiones: el yo se rebela frente a la severidad previa del superyó temporalmente. Las dificultades en el desasimiento y pérdida de los progenitores “ideales” de la infancia es lo que entraría en juego en la causación de esta forma de psicosis: la incompletud del Otrx no es resignificada por el sujeto.
A diferencia del delirio en las otras formas de psicosis, el delirio melancólico no ofrece muchas posibilidades de restitución, ya que impide reinvestir nuevos objetos en una nueva realidad o apelar al apoyo de la fantasía. Por este motivo el sufrimiento que se experimenta y el predominio de la pulsión de muerte puede llegar a ser muy elevado en estos casos.

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Esquizofrenia:
Freud destaca en la esquizofrenia dos expresiones fundamentales: el delirio de grandeza y la apatía o extrañamiento de su interés respecto al mundo exterior. A esto último se refiere con la frase “toda la libido está en el yo”, como contrapartida de este retiro de la libido de los objetos. A diferencia de la paranoia, la regresión de la libido llegaría hasta el primer estado de la misma, el autoerotismo. Por ello, fenómenos vinculados con la pulsión parcial oral son frecuentes. Freud se pregunta por el destino de la libido sustraída a los objetos en la esquizofrenia y elabora como respuesta que el delirio de grandeza nació a expensas de aquella libido sustraída de los objetos. Este delirio vendría a ser la amplificación y el despliegue de un estado antes existente de predominio del Narcisismo. También surgen fenómenos corporales, tales como hipocondría, automutilaciones y sensaciones de despedazamiento. En cuanto al lenguaje, son comunes la formulación de neologismos, con un significado personal, así como el entendimiento literal de palabras y frases.


Bibliografía:

  • Abinzano, Rodrigo (2018). Aproximación al concepto de esquizofrenia: de la psiquiatría al psicoanálisis. Rev. Investigaciones en psicología Nº23, Fac. de Psicología – UBA, 7-14.
  • De Battista, Julieta; Varela, Jesica y Dinamarca, Mariana (2016). Factores desencadenantes, estructura y función del síntoma fóbico en la infancia: análisis de dos casos clínicos paradigmáticos. En Rev. Latinoam. Psicopat. Fund., São Paulo, 19(3), 403-419.
  • Freud, Sigmund (1895a). “Manuscrito H: La paranoia”. En Obras Completas, vol. I (pp. 246-252). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1895b). “Manuscrito G. Melancolía”. En Obras Completas, vol. I (pp. 239-246). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1911). “Sobre un caso de paranoia descrito autobiográcamente (Schreber)”. En Obras Completas, vol. XII (pp. 1-76). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1915a). “Introducción del narcisismo”. En Obras Completas, vol. XIV (pp. 65-98). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1915b). “Lo inconciente”. En Obras Completas, vol. XIV (pp. 153-213). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1924a). “Neurosis y psicosis”. En Obras Completas, vol. XIX (pp. 151-160). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1924b). “La pérdida de la realidad en la neurosis y en la psicosis”. En Obras Completas, vol. XIX (pp. 189-198). Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1917). “Duelo y Melancolía. En Obras Completas, vol. XIV. Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1918). De la historia de una neurosis infantil (el “hombre de los lobos”). En Obras Completas, vol. XVII. Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1916-17). Conferencias de Introducción al Psicoanálisis. Conferencia 23: Los caminos de la formación de síntoma. En Obras Completas, vol XVI. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
  • Freud, Sigmund (1921). Psicología de las masas y análisis del yo (apartado VII). En Obras completas, vol. XVIII. Buenos Aires: Amorrortu.
  • Freud, Sigmund (1932). Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. Conferencia 32: Angustia y vida pulsional. En Obras Completas, vol. XXII, p. 75-88 y 100-103. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
  • Miller, Jacques-Alain (2001). Cómo se inventan nuevos conceptos en psicoanálisis. En Virtualia, Revista digital de la Escuela de Orientación Lacaniana Nº3, 2-8.
  • Soler, Colette. (1991). Estudios sobre las psicosis. Buenos Aires: Manantial.
  • Volta, Luis; Zanassi, Sergio; Erbetta Anahí y Campodónico, Nicolás (216). “Capítulo 7: Oscilaciones de la melancolía”. En De Battista, Julieta: Las psicosis en Freud. Buenos Aires: EDULP.


Consigna del Trabajo Evaluativo Grupal


TRABAJO EVALUATIVO CUATRIMESTRAL GRUPAL: ANÁLISIS DE LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS Y FORMAS DE PRESENTACIÓN DE LA NEUROSIS Y LA PSICOSIS A PARTIR DE PELÍCULAS.

Realización: la docente presentará 6 películas, cada una de ellas aborda una de las estructuras clínicas y su forma particular de presentación. La Ficha de cátedra Nº4 será el material que les servirá de guía para la realización del trabajo:


  • HISTERIA: “Agosto. Condado de Osage”, Dir. John Wells, 2013. 
  • NEUROSIS OBSESIVA: “Mejor imposible”, Dir. James Brooks, 1997.
  • FOBIA: “El día que me amen”, Dir. Daniel Barone, 2003. 
  • PARANOIA: “A la folie, pas du tout”, Dir. Lætitia Colombani, 2002.
  • PSICOSIS MANÍACO-DEPRESIVA (MELANCOLIA): “Las horas”, Dir. Stephen Daldry, 2002.
  • ESQUIZOFRENIA: “Una mente maravillosa”, Dir. Ron Howard, 2001.

Nos distribuiremos de forma tal que cada grupo verá una película, y tendrá una consigna propia de acuerdo a ella. Expondrán lo elaborado en clase y será evaluado en forma de nota conceptual grupal.

Fecha de entrega: 4 de septiembre. 
Formato: Exposición en clase.

miércoles, 14 de agosto de 2019

NOMINA DE TIPOS Y SUBTIPOS DE ENFERMEDADES MENTALES DEL MANUAL CIE-10


1)    Trastornos mentales orgánicos, incluidos los trastornos sintomáticos
F00 - Demencia en la enfermedad de Alzheimer
F01 - Demencia vascular
F02 - Demencia en otras enfermedades clasificadas
F03 - Demencia, no especificada
F04 - Síndrome amnésico orgánico, no inducido por alcohol o por otras sustancias psicoactivas
F05 - Delirio, no inducido por alcohol o por otras sustancias psicoactivas
F06 - Otros trastornos mentales debidos a lesión y disfunción cerebral, y a enfermedad física
F07 - Trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad, lesión
o disfunción cerebral
F09 - Trastorno mental orgánico o sintomático, no especificado

2)    Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de sustancias psicoactivas

F10 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de alcohol
F11 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de opiáceos
F12 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de cannabinoides
F13 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de sedantes o hipnóticos
F14 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de cocaína
F15 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de otros estimulantes, incluida la cafeína
F16 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de alucinógenos
F17 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de tabaco
F18 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de disolventes volátiles
F19 - Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de múltiples drogas y al uso de otras sustancias psicoactivas

3)    Esquizofrenia, trastornos esquizotípicos y trastornos delirantes

F20 - Esquizofrenia
F21 - Trastorno esquizotípico
F22 - Trastornos delirantes persistentes
F23 - Trastornos psicóticos agudos y transitorios
F24 - Trastorno delirante inducido
F25 - Trastornos esquizoafectivos
F28 - Otros trastornos psicóticos de origen no orgánico
F29 - Psicosis de origen no orgánico, no especificada

4)    Trastornos del humor [afectivos]

F30 - Episodio maníaco
F31 - Trastorno afectivo bipolar
F32 - Episodio depresivo
F33 - Trastorno depresivo recurrente
F34 - Trastornos del humor [afectivos] persistentes
F38 - Otros trastornos del humor [afectivos]
F39 - Trastorno del humor [afectivo], no especificado

5)    Trastornos neuróticos, trastornos relacionados con el estrés y trastornos somatomorfos

F40 - Trastornos fóbicos de ansiedad
F41 - Otros trastornos de ansiedad
F42 - Trastorno obsesivo-compulsivo
F43 - Reacción al estrés grave y trastornos de adaptación
F44 - Trastornos disociativos [de conversión]
F45 - Trastornos somatomorfos
F48 - Otros trastornos neuróticos

6)     Síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y factores físicos

F50 - Trastornos de la ingestión de alimentos
F51 - Trastornos no orgánicos del sueño
F52 - Disfunción sexual no ocasionada por trastorno ni enfermedad orgánicos
F53 - Trastornos mentales y del comportamiento asociados con el puerperio, no clasificados en otra parte
F54 - Factores psicológicos y del comportamiento asociados con trastornos o enfermedades clasificados en otra parte
F55 - Abuso de sustancias que no producen dependencia
F59 - Síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y factores físicos, no especificados

7)    Trastornos de la personalidad y del comportamiento en adultos

F60 - Trastornos específicos de la personalidad
F61 - Trastornos mixtos y otros trastornos de la personalidad
F62 - Cambios perdurables de la personalidad, no atribuibles a lesión o a enfermedad cerebral
F63 - Trastornos de los hábitos y de los impulsos
F64 - Trastornos de la identidad de género
F65 - Trastornos de la preferencia sexual
F66 - Trastornos psicológicos y del comportamiento asociados con el desarrollo y con la orientación sexuales
F68 - Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento en adultos
F69 - Trastorno de la personalidad y del comportamiento en adultos, no especificado
8)    Retraso mental

F70 - Retraso mental leve
F71 - Retraso mental moderado
F72 - Retraso mental grave
F73 - Retraso mental profundo
F78 - Otros tipos de retraso mental
F79 - Retraso mental, no especificado

9)    Trastornos del desarrollo psicológico

F80 - Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje
F81 - Trastornos específicos del desarrollo de las habilidades escolares
F82 - Trastorno específico del desarrollo de la función motriz
F83 - Trastornos específicos mixtos del desarrollo
F84 - Trastornos generalizados del desarrollo
F88 - Otros trastornos del desarrollo psicológico
F89 - Trastorno del desarrollo psicológico, no especificado

10) Trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen habitualmente en la niñez y en la adolescencia

F90 - Trastornos hipercinéticos
F91 - Trastornos de la conducta
F92 - Trastornos mixtos de la conducta y de las emociones
F93 - Trastornos emocionales de comienzo específico en la niñez
F94 - Trastornos del comportamiento social de comienzo específico en la niñez y en la
Adolescencia
F95 - Trastornos por tics
F98 - Otros trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen habitualmente en
la niñez y en la adolescencia

F99 - Trastorno mental no especificado

lunes, 5 de agosto de 2019

CLASE Nº8 · 7 de agosto.

Buen retorno a la cursada para todxs. En esta clase vamos a leer dos textos.

En primer lugar la ficha de cátedra Nº3 que subí al grupo de facebook y también se encuentra en la entrada anterior al blog. Contiene aclaraciones y complementos respecto de las estructuras clínicas que vimos en el bloque temático Nº2 (Neurosis y psicosis). Este material intenta abordar algunas de las dudas planteadas en las últimas clases.

En segunda instancia, vamos a iniciar la lectura del primer texto del Bloque temático Nº3: "Semiología psiquiátrica, esquema de trastornos y elementos para el diagnóstico.", desde una posición crítica a la psiquiatría hegemónica actual. El texto a leer es:
"El DSM-V o el avance de la psiquiatrización de la vida cotidiana. Reflexiones con y desde el psicoanálisis", de LEONARDO LEIBSON


El link --------------------> http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=210:el-dsm-v-o-el-avance-de-la-psiquiatrizacion-de-la-vida-cotidiana-reflexiones-con-y-desde-el-psicoanalisis&catid=15:actualidad&Itemid=1

Ficha de cátedra Nº3. Aclaraciones y complementos sobre las estructuras clínicas freudianas.

FICHA DE CÁTEDRA Nº3. Cierre del bloque 2. Aclaraciones y complementos sobre las estructuras clínicas freudianas.

Para comprender la psicopatología y la estructuración subjetiva partimos de la concepción de la incompletud humana, por la cual el ser humano no nace ya subjetivizado. La subjetividad se construye y se produce en el encuentro con los otros, que transforman ese ser viviente en sujeto: a ese acontecer se le llama en psicoanálisis “constitución subjetiva”. Se produce la estructuración de la subjetividad mediante el atravesamiento de ese conflicto sociocultural que estudiamos como “Complejo de Edipo”, cuya salida implica la entrada en la cultura, en el lenguaje y el uso de la palabra. Esta conflictiva inicia desde los primeros momentos de la vida y tiene un cierre provisorio entre los 5 y 6 años. En la pubertad y adolescencia se reactualiza, y marca todo el ciclo vital de cada persona.
La psicopatología remite a esa constitución y estructuración subjetiva, al atravesamiento de ese complejo de Edipo y a cómo se pone en juego en la historia personal. La constitución subjetiva se refiere a la constitución del aparato psíquico, de la identidad, del vínculo con lxs otrxs, las normas culturales, la sexualidad, el recorrido pulsional, el despliegue del deseo.

Las Estructuras Clínicas planteadas por el psicoanálisis son tres, la cuales, a su vez, pueden asumir distintas formas:

ESTRUCTURA
MODALIDAD
Neurosis
Histeria
Neurosis obsesiva
Fobia
Psicosis
Esquizofrenia
Paranoia
Psicosis Maníaco depresiva
Perversión
Fetichismo ((como ejemplo paradigmático)

Nos vamos a focalizar en el estudio de las dos primeras (neurosis y psicosis). En ambas, podemos delimitar vertientes ligadas a la salud y a la enfermedad. Vimos que la posibilidad de conformar vínculos, de trabajar o estudiar, de desarrollar actividades culturales, sociales, de aprender a realizar nuevas actividades, son todas expresiones de la salud. La enfermedad se expresa como un elevado gasto psíquico, como un sufrimiento que supera las barreras de lo tolerable, como una arremetida de la compulsión a la repetición sin freno, como un estancamiento o fijación del recorrido o circuito de la pulsión, como un conflicto entre instancias psíquicas que conlleva un padecimiento.

La psicopatología, aunque se exprese en la adolescencia y en la adultez, se vincula con esa estructuración subjetiva previa. Los primeros momentos y años de vida son fundamentales porque se producen todas las operaciones referidas a ello: la división de las instancias psíquicas, el recorrido de las pulsiones parciales, la representación y la simbolización, la constitución del cuerpo, de la imagen corporal, de la identidad, la asunción o no como sujetos barrados (incompletos, atravesados por un deseo, por un objeto que falta), la posibilidad de identificarnos como semejantes de un otrx y de ingresar al orden simbólico cultural.

¿Cómo se produce esta subjetivación? El o los primerxs otrxs, la madre, o quien corporice esta función, al mirar, al amamantar, al hablar, al cuidar, al tocar a su bebé, lo libidiniza, organiza la pulsión sexual en el cuerpo del bebé: “configurando un ritmo de presencias y ausencias que le otorga al recién nacido una permanencia (una primera unificación corporal) necesaria para su estructuración. Es por ello que un cuerpo se pulsionaliza a partir de la demanda de amor del Otro” (Levín, 1996). Es el Otro quien le otorga una sensación de unidad al recién nacido frente a su dispersión fisiológica, corporal y psíquica. El Otro es un espacio simbólico cultural encarnado por sucesivas figuras.
El encuentro con el Otro produce esa vivencia mítica de satisfacción que queda como huella para encuentros posteriores, que a la vez se asemejan y se diferencian de esa primera vivencia. La sensación de encuentro con el objeto, con el Otro y de calma del malestar corporal previo quedan como una marca que otorga un sentido y permite erogenizar el cuerpo, organizar el tono muscular, la postura, y queda como vestigio para el futuro movimiento del deseo. Esta experiencia marca las siguientes y las dificultades que pueda haber en esta serie van a provocar fallas en la estructuración psíquica o psicopatologías. Se establece también el llamado como demanda de amor que permite luego la constitución del deseo.

Veamos lo que plantea Enrique Carpintero con relación a esta cuestión: 
“El ser humano nace en unas condiciones de inadaptación entre su organismo y el medio, que generan una absoluta dependencia del niño con sus padres. Las consecuencias de este hecho marcan una estrecha relación entre el nacimiento y la muerte. De esta manera, como planteo en otro texto, en este periodo hay una relación fusional entre el niño y la madre. El poder soportar la angustia de muerte que padece el niño va a permitir que la madre genere su capacidad de amor. De esta manera crea lo que denomino el espacio-soporte de la muerte como pulsión, que va a posibilitar el necesario proceso de catectización libidinal. Es decir, la madre va a poder dar el amor que requiere el niño para su desarrollo en la medida que pueda soportar la angustia de muerte que este padece, y que se manifiesta en una permanente demanda de atención. El amor es consecuencia de poder soportar la emergencia de lo pulsional que trae el niño, caso contrario aparecerá un agujero en lo simbólico con ulteriores consecuencias psíquicas”. 
Ese agujero en lo simbólico se refiere a la estructura psicótica, en la cual falla la simbolización de un fragmento de la realidad que se refiere a la incompletud del Otro, y por ende, también del sujeto. Esta falla tiene múltiples consecuencias psíquicas, algunas de las cuales, como los delirios y las alucinaciones, son expresión de esa falla y también su intento de reparación.

De acuerdo a Nasio (1993) en la neurosis el sujeto se defiende de un goce absoluto: “El goce intolerable se convierte en trastornos del cuerpo en el caso de la histeria, se desplaza como alteración del pensamiento en la obsesión, y se expulsa, para retornar de inmediato como peligro exterior, en la fobia” (Nasio, 1991, p.23).

El mecanismo propio de la neurosis es la represión, que opera apartando de la conciencia una representación de una moción pulsional del Ello, inconciliable para el Yo ya que entra en conflicto con exigencias de la realidad y del superyó. El pensamiento ligado a esa representación es movido hacia el inconciente pero el afecto (la carga libidinal) ligado a ella permanece, y tras una desfiguración del contenido psíquico se transforma en el síntoma.

El mecanismo de la psicosis es el rechazo o desestima de la realidad. Freud lo define de la siguiente forma en el año 1894: 
El contenido de una tal psicosis alucinatoria consiste precisamente en la acentuación de la representación, amenazada por el motivo de la enfermedad. Puede, por tanto, decirse que el yo ha rechazado la representación intolerable por medio de la huida a la psicosis. El yo se separa de la representación intolerable, pero éste se halla inseparablemente unida a un trozo de la realidad, y al desligarse de ella, el yo se desliga también, total o parcialmente de la realidad. Esto último es, a mi juicio, la condición para reconocer a las propias representaciones vida alucinatoria, y con ello cae el sujeto, una vez alcanzada la repulsa de la representación intolerable, en la locura alucinatoria" (Freud, 1894/1981, p.176). 
En comparación con la represión, este mecanismo de la psicosis actúa de forma mucho más “enérgica y eficaz”: “el yo rechaza (Verwerfung) la representación intolerable conjuntamente con su afecto y se conduce como si la representación no hubiese jamás llegado a él. En el momento en que esto queda conseguido sucumbe el sujeto a una psicosis que hemos de calificar locura alucinatoria” (Freud, 1984/1981, p.179).

En la psicosis no se habla de síntomas, sino de «fenómenos elementales», que pueden referirse a tres órdenes:
-el automatismo mental: “la irrupción de voces, del discurso de otros, en la más íntima esfera psíquica” (Miller, 1997, p. 24).
-corporal: “fenómenos de descomposición, de despedazamiento, de separación, de extrañeza, con relación al propio cuerpo” (Miller, 1997, p. 24). Pueden implicar distorsiones en el tiempo y el espacio, una desorientación al respecto.
-fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad: pueden incluir la vivencia de experiencias inefables cuya certeza es absoluta, ya sea con respecto a su identidad –“yo soy Simón Bolívar”-hostilidad -”mi familia me quiere envenenar”-, o expresiones de sentido o significación personal -tales como experiencias sobrenaturales. En otras palabras, ocurre “cuando el paciente dice que puede leer, en el mundo, signos que le están destinados, o que contienen una significación que él no puede precisar, pero que le están dirigidos exclusivamente a él” (Miller, p. 25).

Para el caso de la neurosis, es común el repliegue en la fantasía y el retiro de la realidad. De acuerdo a Lacan, los sujetos neuróticos “han sustituido los objetos reales por otros imaginarios basados en recuerdos o han mezclado ambos y, por otro lado, han renunciado a realizar los actos motores necesarios para la consecución de sus fines con tales objetos. (Lacan, 1954/ 1990, p.68).
Para el caso de la psicosis, surgen las alucinaciones, los delirios o los crueles autorreproches como creación de una realidad nueva, propia del psicótico, que no es compartida. En cuanto al vínculo con la realidad, en la psicosis se produce lo que Freud llama “embotamiento afectivo”, el retiro de la libido de las personas y de los objetos del mundo exterior que puede llegar hasta “la pérdida de todo interés hacia el mundo exterior” (Freud, 1923/1981). Nasio (1996) agrega que, debido a esto, la energía de la libido se estanca en el yo.

Por último, cabe destacar que distintas las expresiones de la psicopatología no son exclusivas de una estructura, es decir, puede haber alucinaciones o delirio también en la neurosis, o conductas perversas que no signifiquen una perversión. A diferencia de la perspectiva psiquiátrica, que parte de una lista de síntomas para definir luego el “cuadro”, desde el psicoanálisis se parte de la premisa de que no son los síntomas los que determinan la estructura, sino la estructura es la que le da sentido a los síntomas o fenómenos elementales. Por ello, es fundamental conocer la estructura clínica para comprender el lugar y el sentido que tienen esas expresiones psicopatológicas en cada sujeto particular y cómo abordarlos.

Referencias bibliográficas:
-Carpintero, E. (2000). De la clínica de lo negativo al trabajo con la pulsión de muerte. Revista Topía. https://www.topia.com.ar/articulos/clínica-lo-negativo-al-trabajo-pulsión-muerte
-Freud, S. (2006). Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
-Lacan, J. (1954/1990). Seminario I, Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires, Argentina: Paidós
-Lacan, J. (1956/2004). Seminario 3, Las psicosis. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
-Levin E. (1996). La infancia en escena. Constitución del sujeto y desarrollo psicomotor. Buenos Aires: Paidós.
-Miller, J-A. (1997). Introducción al método psicoanalítico. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
-Nasio, J. D. (1991). El dolor de la histeria. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
-Nasio, J. D. (1993). Cinco lecciones sobre la teoría de Jaques Lacan. Barcelona, España: Editorial Gedisa.

-Nasio, J. D. (1996). Enseñanza de 7 conceptos cruciales del psicoanálisis. Barcelona, España: Editorial Gedisa.