La histeria se articula alrededor de la pregunta
¿Qué es ser mujer?, interrogante en el que influyen decididamente los ideales
de la sociedad capitalista, patriarcal y racista, que adjudican a las mujeres
determinadas particularidades culturales, sociales, políticas, económicas y
subjetivas. En los casos de histeria, es la otra la que sabe cómo ser mujer,
porque representa o semblantea ciertas características que responden a ese
ideal. En el caso de la película, aparecen: la belleza de la juventud, el estar
casada con un hombre, ser heterosexual, maquillarse y/o arreglarse para los
hombres y la cordura. Como contrapartida, se establecen por oposición rasgos
negativos adjudicados a los personajes de las mujeres: la decrepitud de las “viejas”
y su imposibilidad de competir con las jóvenes por los hombres, el hecho de
estar separada (lo cual se adjudica negativamente a la mujer, por “no cumplir”
o “no hacer feliz” al varón), ser homosexual, estar “desarreglada” y la locura.
Violet, Barbara e Ivy expresan algunas de estas características que toman una
vertiente de sufrimiento, ya que imposibilitan el establecimiento de un lazo
con las otras y los otros y conllevan a la separación total como la única
salida al vínculo tortuoso. La decisión de irse o quedarse con la madre es
puesta en juego de forma constante.
Vemos al menos tres casos
de histeria en la madre y las hijas de la película, ubicadas en relación con el
otro como objeto de goce: las hijas son usadas o maltratadas por la madre. Asimismo,
la insatisfacción llevada al extremo de la queja y el padecer constante sobre
sus propias vidas y los vínculos con los otrxs aparece en todos los personajes.
En cuanto a las hijas, se observa una identificación por oposición: Barbara es
la hija amada e Ivy la degradada, esta última se ocupa de mantenerse en ese
lugar cumpliendo con las exigencias de su madre y solo encuentra como escape el
vínculo incestuoso con su primo/medio hermano. Vivir a través de la otra es una
constante, la identificación sustituye al encuentro con la otra mujer como par.
Por ello se observan dos tipos de vínculos predominantes: la competencia en la
que solo una puede ocupar el lugar vencedor, o la búsqueda de que la otra ocupe
su lugar (o su posición). A la vez, prima la decepción con relación a las
figuras masculinas, ubicadas como impotentes, desleales, narcisistas, de los
cuales no se puede tener “ninguna expectativa”. Sin embargo, se observa cómo
las mujeres en última instancia se someten a sus arbitrios, ya sea para
acatarlos o para repudiarlos, no hay salida propiamente femenina a las
problemáticas que se plantean. La única resolución que vemos es la cuestión del
cuidado de Violet, que queda a cargo de Johnna, la empleada doméstica aborigen
contratada por Beverly como su última decisión antes de morir. Aquí vemos una
intersección entre opresión de género y racismo, ante el trato despectivo hacia
su cuidadora por parte de Violet. Esta cuestión, si bien es problematizada en
la película, no deja de constituir una discriminación mediante el tono
humorístico al respecto. Algo similar sucede en cuanto al tratamiento del
veganismo.
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