viernes, 23 de agosto de 2019

A la folie... pas du tout



Análisis de la película: A la folie… pas du tout:
Fue el reconocido psiquiatra Clerambault quien le adjudicó el nombre “erotomanía” al delirio paranoico basado en la premisa del amor del otro hacia el/la sujeto paranoicx. Este médico precisó también que el “delirio de amor” iba más allá del amor romántico, ubicando la presencia de lo sexual en el delirio y también la inmensa actividad del sujeto erotómano.
De acuerdo al análisis de la película A la folie… pas du tout (traducida al castellano como “Loca de amor” o “Solo te tengo a ti”) realizado por Patricia Pena:
“El postulado fundamental presente en la erotomanía es: ‘El me ama’. Todas las convicciones del sujeto erotómano tienen su origen en las deducciones que de él se obtienen. Los sentimientos generados por el mismo son Orgullo, Deseo, Esperanza. Esta película admite una lectura lacaniana, desde el modo de abordaje del cuadro, develando paso a paso los elementos que se deducen del postulado erotómano, que dejan en evidencia la sujeción del sujeto a ese fenómeno y permiten leerlo como nos advierte J.Lacan en su tesis de doctorado como una proposición, tomada como un “principio sin demostración”. Así también permite ubicar las coordenadas del desencadenamiento: la protagonista en el marco de haber ganado una beca y una subvención para sus estudios, recibe de un desconocido una rosa (iniciativa del Otro) y se desencadena la psicosis. Ya este simple acto es leído desde la lógica implacable del postulado, se podrá seguir su construcción delirante y la serie de pasos que van desde la esperanza, pasando por el despecho y concluyendo con el rencor”[1]
Del postulado de delirio “El (o ella) me ama”, concebido como una certeza profunda e incuestionable, se desprenden toda una serie de subpostulados que actúan a modo de comprobación, evidencia y fortalecimiento de la proposición inicial, y muchos de ellos se comprueban en la película, como por ejemplo:
-El otro es quien ha comenzado.
-El otro es concebido como poseedor de un rango superior al del sujeto, ya sea cultural, social o económico.
-Aunque esté en pareja, aquella unión carece de valor, y el verdadero amor es el sujeto paranoico
-Hay una vigilancia continua del otro
-Cualquier conducta del mismo, ya sea indiferencia, rechazo, simpatía, es leída como signo de amor.
La película tiene como mérito expresar con claridad la perspectiva del delirio por parte de la sujeto, para luego mostrar esa realidad psíquica en contraste con la realidad social compartida. Observamos que la entrega fortuita de una rosa por parte del médico amado, en el marco de que el se anoticia de que va a ser padre, actuó como desencadenante del delirio. A medida que transcurre el film podemos observar el paulatino retiro de la libido de los objetos de la realidad y su progresivo centramiento en el amor del médico: Angelique descuida su trabajo, no realiza las pinturas requeridas por la beca que obtuvo, descuida amistades y también la limpieza y el cuidado de las plantas y la casa de la vecina de Jean-Luc, donde ella se alojaba mientras la mujer estaba de viaje. Observamos que su pasión por el arte se vinculaba con su padre, quien compartía esta afinidad.
Cabe destacar que en un punto importante la película no puede tomarse como ejemplo de la generalidad de los casos de paranoia: no es frecuente que los psicóticos lleguen a actos de asesinato a causa de su delirio. Otra crítica refiere a la reacción de violencia por parte del médico hacia la paciente acusada por él en un primer momento, no solo por el ejercicio de violencia de género sino también de abuso por parte de su posición como médico. También, en varias escenas maltrata a su secretaria, llegando a despedirla.
Finalmente, el desenlace de la película muestra una crítica hacia la atención psiquiátrica, tanto por el error diagnóstico que supone la “curación” de Angelique como la inutilidad para ella del tratamiento con psicofármacos.

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