viernes, 23 de agosto de 2019

El día que me amen



Análisis de la película: El día que me amen
En esta película se ponen en juego tanto la carencia materna como la paterna en lo que hace a la constitución de la fobia. Vemos la instauración de la fobia en Joaquín a los veintitantos años, que se manifiesta como una reclusión en el hogar, y en particular en su habitación. Se observa claramente la huida de la realidad típica de las neurosis, en contraposición a la creación de una realidad nueva como ocurre en la neurosis. El caso se configura como de gravedad, dada la imposibilidad de “estar” en el mundo exterior al del hogar. Esto se observa cuando se escapa su perro, objeto “contrafóbico”, al cual a duras penas Joaquín puede seguir y entra en shock en este acto.
El abandono de la madre -la cual por lo que muestra la película padecía una enfermedad mental y por eso se marcha del hogar intempestivamente- se conjugó con un padre indulgente, permisivo, que por lo que muestra la película priorizó su lazo con otra mujer al ejercicio de la función paterna. Se observa que en su niñez logró salir del encierro y realizó estudios primarios, secundarios y universitarios. Pero luego, la partida al exterior de su vecina-par de toda la vida, con quien tenía una relación de amistad y amor a la vez, vuelve a desencadenar la reclusión y la fobia. En el transcurso de la historia podemos ver que este hecho cobró sentido en relación al abandono de su madre, y es este punto en el cual Joaquín quedó entrampado en su vínculo con el Otro, lxs otrxs, y la realidad. Vemos como se aplica el esquema lógico del “Après coup” lacaniano, por el cual un significante cobra sentido a posteriori y/o en sentido retroactivo, de acuerdo a las leyes de anticipación y retroacción.
El abandono de la madre es leído por Joaquín como una caída como objeto fálico de la madre, remitiendo al primer tiempo del Edipo. La certeza de no ser ese objeto a partir del abandono se expresó como un “no estar” en el mundo, como un “no estar” en ningun otrx. Por otra parte, la carencia de la función paterna ejercida por el padre, que minimizó esta reclusión y permitió que se desarrollara, actuó como una segunda fuerza significante en la estructura de la fobia. Aquí nos referimos a una carencia de la Ley que implica estar en la cultura, estar afuera del hogar, estar con lxs otrxs. Durante la niñez, este imperativo no se constituyó del todo, por lo que luego dio pie a su reinstauración en la juventud.
La película comienza con la vuelta de su vecina a la casa de su madre, y observamos aquí una progresión en la reactualización del vínculo entre ambos jóvenes. Primeramente, ella logra entrar en su habitación, luego se ven en el living de su casa y la vereda. Finalmente, consigue “hacerlo salir” fuera de su casa. En la escena en la que están a punto de tener relaciones sexuales vuelve a manifestarse la imposibilidad de Joaquín, y es un primer paso para su decisión de “curarse” de la fobia.
En este punto, vemos que Joaquín acepta el tratamiento propuesto por su terapeuta. Aquí podemos realizar una crítica a la película en cuanto al rol excesivamente directivo por parte del terapeuta, que insistentemente da órdenes a Joaquín y contraría así la asunción como sujeto de su deseo y de su curación. Vemos que un cambio en el contexto exterior y la reaparición de una figura amada en la infancia fue lo fundamental para el tratamiento, cuestión que no siempre sucede o podemos esperar en los casos tratados. A su vez, la internación y los psicofármacos expresan una perspectiva manicomializante, basada en la reclusión y en el saber puesto del lado de la figura del médico.

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